Hacémela corta porque a la larga no duro. A la larga me entorpezco, me desaliento y me aburro. Nunca fui buena para lo que dura demasiado.
Las historias a la larga se me deforman, se vuelven cualquier cosa en el peor de los casos y, en el mejor, nunca las vuelvo a pensar. Las amigas tampoco me suelen durar mucho porque me voy y me pierdo y cuando vuelvo no queda nadie, y con razón. Tuve cuentas en todas las redes sociales y no sociales que te puedas imaginar y ninguna me duro más de un año. Y si duraban, era porque cambiaba de cuenta, porque la renovaba. Hice mil y un actividades. De tenis a pintura, y de patín a danza clásica. He llegado a durar años y a veces solo una semana. Si hablo mucho me entorpezco se me chocan las palabras y me voy por las ramas.
Lo que pasa es que me aburro. Y me aburre lo aburrido y me aburre aburrirme. Y lo que antes era interesante a la larga se hace aburrido. Entonces cambio. Cambio para hacerlo entretenido. Cambio constantemente y lo que no cambia conmigo se queda atrás (desgraciadamente, a veces). Cambio sin pensar, sin meditar, ya ni siquiera me doy cuenta. Veo algo que me gusta y cambio. Lo que me gustaba ya no me interesa y me interesa esto. Y ya no me interesa más.
Un día me despierto rutinaria y al otro día quiero tomarme un micro y no volver nunca. Un día me pongo melancólica y al otro día quiero tirar la toalla y empezar de cero. Un día te quiero y al otro no te puedo ver ni en figurita. Un día te pienso y al otro te olvido. Un día te escribo y al otro te borro.
Me pierdo a mí misma y no me entiendo, no me conozco, porque conmigo vivo a la larga y me pierdo.
Así que, haceme un favor y hacela corta. Haceme corta. Que dure menos que un pestaneo pero que valga. Porque si la cantidad no hace a la calidad, seguro que la duración tampoco.
No me hagas un poema, haceme un verso. No me hagas una novela, haceme una palabra. No me hagas eterna, haceme limitada. No me hagas de una hora, haceme de diez minutos. Lo que más te guste. Haceme mil veces pero haceme a la corta.
A los otros hacelos como prefieras. Hacelos eternos o infinitos si querés. Pero a mí haceme corta y concisa. Haceme como esos sentimientos que te llegan de golpe y se van todavía más rápido que como llegaron.
Haceme a la corta porque a la larga es lo único que dura.
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