domingo, 31 de diciembre de 2017

Querido 31 de Diciembre del 2017

Querido 31 de Diciembre del 2017,
Representas 365 días escritos hasta en los márgenes. Llenos de dibujos, de alegrías, de signos de exclamación, de pregunta y más puteadas de las que uno desearía. Te vas vos y todos los demás y, la verdad, es que no te voy a extrañar.
En todos esos minutos lloré y me perdí. Toqué fondo como pensé que no se podía tocar y me vi borrosa en el espejo casi al punto de la desesperación. Ojo, también me diste cosas buenas. Me reí y me sentí acompañada como pocas veces. Pero, por alguna razón, siempre nos quedamos con lo último o tendemos a simplemente prestar más atención a lo malo que nos pasa. Honestamente, hoy yo prefiero que te vayas. Andate y si podes, llevate con vos todas las inseguridades. Las que trajiste y las que ya estaban. Llevate todo eso que comprobaste que me hace mal y dame lugar para empezar de nuevo.
Hoy, último día de la semana, del mes y del año yo me quedo con la hoja en blanco, la posibilidad de volver a empezar. Más que nada de reinventarme, o aunque sea de aprender a verme con otros ojos.
Porque caerse no importa siempre y cuando te puedas volver a levantar. Y pese a todas las piedras que me tiraste, con ellas me diste la oportunidad de volver a pararme con la frente en alto, capaz incluso un poco más alta que antes de caerme. Hoy me aferro con todas mis fuerzas a esa esperanza y es lo que me permite seguir en movimiento.
Me hiciste tragar polvo, pero para renacer primero hay que estar muerto. Vos me diste el empujón, ahora queda en mí aprender a volar, frenar la caída. Y por eso, más que por cualquier otra cosa, te voy a estar eternamente agradecida.

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