sábado, 26 de noviembre de 2016

Figurita Repetida

No te quiero querer más. Porque con vos es siempre lo mismo. Y lo mismo aburre y cansa. En este caso también duele.

No sé por qué no me di cuenta antes. Capaz porque me da demasiado miedo admitir que en el fondo me cuesta soltarte. Porque aunque me hagas mal, me hace bien que estés ahí. Siempre presente en el limbo constante de mis afectos.

Aunque ya ni siquiera estoy segura de quererte de verdad. Me parece que te quiero por costumbre. Costumbre de escuchar tu nombre y levantar la cabeza, costumbre de escuchar a alguien con voz parecida a la tuya y darme vuelta a buscarte, costumbre de que me dejes quererte sin quererme de vuelta.

Te quiero porque, ¿por qué no lo haría? Te quise y te busqué por tanto tiempo que ya ni siquiera sé quién soy si no te quiero.

Soy como un albúm vacío que no se entiende por incompleto. Y vos, obviamente, sos una figurita. De esas que uno busca por muchísimo tiempo y compra paquetes en mil lugares distintos con el simple objetivo de encontrarla. Y a la larga te encontré, y me gustaste tanto que ya no me importaba llenar el albúm, sólo me importaba esa figurita.

Di tantas vueltas para encontrarte, que en todo ese laberinto me fui perdiendo a mí. Me perdí y me olvidé que lo importante no es la figurita, sino el álbum. Porque vos sos solamente una figurita repetida mil veces, pero todavía me faltan otras miles y el objetivo no es tenerte.

Entonces no quiero quererte más. Porque figurita repetida no completa álbum y confío en que, si dejo de buscar la misma figurita, pueda encontrar las que me faltan para estar un poco más cerca de completar el albúm. Y, no sé, si tengo suerte capaz ahí me pueda volver a encontrar a mí.

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