martes, 12 de abril de 2016

Sufrimos todos

Estoy honestamente cansada del sufrimiento. Y del sufrimiento en general. El sentimental, el espiritual, el físico y cualquier otro que se les pueda ocurrir.

Estoy harta de sufrir por cosas que si lo pensás en claro, son una idiotez comparado con otras cosas, pero ya hasta me duelen físicamente. Las llegó a sentir en el pecho, como si alguien estuviese literalmente estrujándome el corazón y todo eso que me hace sentir. Estoy cansada de ese tipo de sufrimiento, y del hecho de que ni lo controlo y de que no sé cómo hacerlo parar.

Estoy harta de ver sufrir a la gente que me rodea. Harta de ver a mi amiga con ese pibe que al final lo único que hace es hacerla mierda, estoy harta de ver cómo mi vieja no puede más con el ritmo que tiene su vida, harta de ver a mi hermana conviviendo con amigas que lo único que hacen es tratarla mal. Estoy cansada de verlas mal y de no poder hacer nada para cambiarlo, porque sé lo feo que se siente.

Y para qué, ¿no? ¿Quién se queda con todas esas lágrimas contenidas, esa presión en la garganta previa a largarse a llorar? ¿Esos gritos de frustración? ¿Todas esas lágrimas de bronca, de impotencia o de pura tristeza? ¿Quién se las lleva? ¿Con qué fin?

Siento que últimamente sufrimos mucho por todo, como si estuviésemos particularmente sensibles a lo que nos rodea, o todo simplemente sea más hostil. Todos sufrimos, en silencio más que para afuera y, aparentemente, la mayoría de las personas también nos volvimos más crueles en ese ahogo propio. Y me adhiero al grupo porque, ¿quién nunca estuvo tan mal que terminó tratando mal al resto, al punto de hacer sufrir a la otra persona por cosas capaz sin sentido?

Y sí, el sufrimiento existió siempre, y a todos nos pasa lo nuestro y tenemos nuestras razones de llantos, quejas y gritos. Y es la vida, lo que hay, lo que nos pasa a cada uno y con lo que lidiamos cada día. Supongo que no hay solución inmediata que me saque ese defecto o que haga que tal pibe me de bola, o que mi hermana tenga amistades menos tóxicas, etc.

Mi pregunta sería, si sabemos que todos tenemos nuestros problemas, ¿por qué no somos capaces de exteriorizar lo que nos pasa, de compartir penas entre todos para que capaz así no nos pesen tanto a nosotros? ¿por qué juzgamos antes de entender? Es como si ya no nos comunicáramos entre nosotros, no confiamos en nadie, en su mayoría, porque pensamos también que a nadie le importa lo que nos pasa.

Y puede ser que sí, que no a todo el mundo le importe y que el problema no va a desaparecer cuando se lo cuentes a alguien, pero creo que si empezáramos por preocuparnos un poco más en ver cómo se siente el que tenemos al lado e intentáramos solamente escuchar lo que le pasa, capaz no nos sentiríamos tan solos y esa carga que nos rompe la espalda no sería tan pesada.

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