Acá se terminan todas las horas que te soñé, te pensé y te quise sin recibir ni la mitad de atención. Sin recibir nada a cambio.
Acá se terminan todas esas horas de bajón cada vez que necesitaba que me dieras más bola de la que me dabas.
Acá se terminan esas noches en las que salía al mismo boliche que vos esperando, en una casualidad fingida, encontrarte.
Acá se termina ese susto casi esperanzado cada vez que veía por la calle a alguien que tranquilamente podría haber sido vos.
Acá se terminan todas las ilusiones sinsentido sobre lo que podríamos haber sido.
Pero más que nada, acá te terminas vos.
Lo escribo porque creo que es la única forma de hacer que se sienta un poco más real.
Porque sé que no damos para más. Que capaz nunca estuvimos destinados a ser más de lo que fuimos. O capaz sí. Supongo que las distintas vueltas de la vida decidieron por nosotros. Y eligieron que fuese un no.
Por eso hoy, 5 de Marzo del 2016, te doy tu punto final. Porque no quiero seguir sufriendo la incertidumbre de pensar lo que podría ser o lo que podría haber sido con vos.
A partir de hoy, para mí no sos más que un nombre y una cara que pudo haber sido todo, pero que por diversas razones (más desconocidas que conocidas) nunca fue nada.
Para mí vos ya terminaste. Pero yo acabo de empezar. Con o sin vos.
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