Un bocinazo mientras caminas pero que estás segura que fue por el tránsito y no por el short, a pesar de la mirada clavada del tipo que conduce.
Un silbido al pasar que te convences que imaginaste o simplemente no era para vos y tu escote.
Un comentario desubicado que te gritan pero que ignorás y pensás que seguro escuchaste mal o fue para otro.
Un tipo que disminuye la velocidad para andar al mismo ritmo que vos mientras te mira de arriba abajo aunque solamente estás con el uniforme del colegio.
Una mano que se mete abajo de tu pollera en un boliche porque y sí, claro, si la uso tan corta cómo no me van a querer tocar.
Un compañero que te arrincona contra la pared intentando robarte un beso y que cuando al fin desiste se va al grito de "uh qué mina histérica".
Una foto que te juraron millones y millones de veces que iba a quedar en la intimidad y que, por alguna razón, hoy es parte de la intimidad de una incontable cantidad de personas.
Un "No" que estás convencida que pronunciaste millones de veces esa misma noche y tantas otras veces pero que, aparentemente, no se escucho.
Mirá cómo nos ponemos. Porque cualquier mujer, sin rango de edad, paso por alguna de estas situaciones.
Mirá cómo nos ponemos. Porque tuvimos que aprender a convivir con el miedo y la impotencia , hasta el punto de naturalizarlo cada vez que salíamos a la calle.
Mirá cómo nos ponemos. Porque también nos enseñaron que todo eso que nos pasaba era culpa nuestra, por la ropa que usábamos, los horarios en los que salíamos, el maquillaje que nos poníamos, los lugares por los que andábamos y los supuestos mensajes provocativos que enviábamos.
Mirá cómo nos ponemos. Porque cuando una se anima a hablar, tiene que someterse a una infinidad de preguntas humillantes, a revivir todos los detalles simplemente para intentar ganar credibilidad en una sociedad que desde una inicio la juzga por su apariencia, la forma en que denunció, la claridad de sus explicaciones y el tiempo que tardó en hacerlo.
Mirá cómo nos ponemos. Porque la víctima cuando habla se convierte en el victimario, por intentar arruinar, supuestamente sin ningún tipo de pruebas, la reputación de un tipo que hasta las últimas consecuencias es por muchos considerado inocente. Y porque muchas veces la única reputación destruida es la de la mujer que denuncia, tachada de mentirosa, busca fama, provocadora o problemática.
Mirá cómo nos ponemos. Porque es necesario que una chica se junte con un grupo de actrices mediáticas en una conferencia de prensa a contar con lujo de detalles su violación para que (la mayoría, aunque ni siquiera todos) le crean. A ella y a las otras tres mujeres que ya lo habían denunciado de acoso pero que simplemente habían sido marginadas y ninguneadas por los medios.
Mirá cómo nos ponemos. Porque fue necesario que él fuese casi treinta años mayor y que fuese en la gira de una conocida novela infantil para que la gente se escandalizara.
Mirá cómo nos ponemos. Porque atrás de esa chica hay millones de chicas más que no se animan a hablar, que hablaron y no fueron escuchadas o que simplemente todavía no son conscientes de lo que vivieron.
Mirá cómo nos ponemos. Porque ahora nos dimos cuenta que todas esas situaciones (y muchas más) que nos vemos obligadas a vivir todos los días no son normales y, más importante, no son culpa nuestra. Porque nos dimos cuenta que no somos histéricas, ni exageradas ni locas. Porque nos dimos cuenta que es momento de recuperar la decisión sobre nuestra vida y nuestro cuerpo que desde chicas nos robaron. Porque nos dimos cuenta que ese "NO" que pensamos que no se había escuchado sí se escuchó, solo que a la otra persona simplemente no le interesó. Porque nos dimos cuenta que es este el momento de hablar, de que se haga justicia, de que podamos vivir libres, felices y en paz.
Mirá cómo nos ponemos. Porque estamos haciendo historia, te sumes o no a nuestra lucha, y no vamos a parar hasta tirar abajo esta sociedad que nos enseñó que no podemos vivir tranquilas y en libertad solo por ser mujeres ¿Sentís cómo tiembla? Nosotras no temblamos más, ahora queda ver cómo se cae.
Mirá cómo nos ponemos. Y a partir de ahora prestá muchísima atención, porque esto recién empieza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario