Un 25 de Marzo de 1911 se incendiaba una fábrica de camisas en Nueva York. Una fábrica de camisas con más de 140 trabajadoras dentro, que murieron por las malas condiciones laborales. Con más de 140 trabajadoras que luchaban para mejorar esas condiciones, para conseguir un salario justo y una jornada laboral humana. Conmemorando a todas esas mujeres que murieron luchando por sus derechos, se oficializó, años después, el 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer a nivel internacional.
Y hoy, 8 de Marzo de 2017, 106 años después de la tragedia que motivó a la lucha por los derechos igualitarios, en Argentina se celebra una vez más el día de la mujer. Gente que compra flores para las mujeres que conoce, mensajes con fotos reconociendo a la mujer, cadenas de felicitación, y "feliz día" por todos lados.
Pero 106 años después, la igualdad por la que se luchaba, a pesar de haber avanzado, todavía no existe.
Tres de cada diez puestos de jefatura son ocupados por mujeres, y su salario es un 27% menor que el de los varones en puestos con las mismas responsabilidades.
El 50% de los empleados del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), son mujeres. Pero sólo el 30% del personal jerárquico son mujeres.
En la Corte Suprema, sólo uno de los magistrados es mujer.
Se producen, por día, alrededor de 50 ataques sexuales y la tasa de violación es de 8,7 cada 100.000 habitantes.
Muere una mujer víctima de femicidio cada 29 horas. Y desde el 2008, se suman 1808 mujeres asesinadas víctimas de la violencia de género.
Personalmente, no quiero flores. Ni mensajes que reconozcan cualidades femeninas, ni cadenas de felicitación. Quiero salir a la calle y no tener miedo. Quiero poder vestirme como quiera. Quiero ingresar al mercado laboral y saber que voy a tener las mismas oportunidades que un hombre. Quiero justicia por todas esas mujeres que murieron luchando o gracias a la falta de derechos. Quiero esos derechos. Quiero igualdad.
Y quiero gente que esté dispuesta a luchar conmigo por esa igualdad. Más gente con el espíritu de esas 140 trabajadoras que luchaban día tras día por sus derechos. Para que su sacrificio, y el de todas las otras personas que lucharon, valga la pena. Para que no nos olvidemos que la razón del Día de la Mujer, es en homenaje a la lucha a favor de los derechos igualitarios. Para que las mujeres a las que en este día tanto se felicita, seamos reconocidas y tengamos las mismas oportunidades los 365 días del año y no sólo los 8 de Marzo.
Para que 106 años después de este día, todos esos pedidos que parecen obvios y a la vez impensables, sean reales.
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Ejemplos porcentuales extraídos de: http://www.lanacion.com.ar/1990902-dia-de-la-mujer-que-reclaman-las-mujeres-la-desigualdad-y-la-violencia-de-genero-en-cifras
"Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada" -Eduardo Galeano
miércoles, 8 de marzo de 2017
jueves, 2 de marzo de 2017
Terminar también es empezar
Agarro una hoja. Escribo cosa por cosa todo lo que dejo atrás este año. Todo lo que venció o vence antes del 31 de Diciembre inclusive. El secundario, amistades, ese enganche sin nombre, actitudes. Todo.
Son las 23:59 de un 31 de Diciembre y viajes al año que viajes, en el fondo es el mismo. Pudo haber sido un año excelente o uno de mierda, pero cuando se termina y miramos para atrás la melancolía está siempre. Porque a la distancia las cosas malas no parecen tan malas y lo bueno siempre se extraña. Es un sentimiento horrible, el extrañar, el querer algo que tuviste pero no tenes más. Y que no siempre volvés a tener. Duele en el estomago y en la garganta, la impotencia de lo rápido que pasa el tiempo y como las cosas pasan casi sin que uno se de cuenta.
Son las 00:00 de un 1 de Enero y buscate el año que quieras pero el sentimiento ya es distinto. Es casi renovador. Tener 365 días por delante. Es incierto, sí, como la mayoría de las cosas nuevas. Pero es una oportunidad, una oportunidad de hacer las cosas de forma distinta. De ser mejor. De ser un poco más feliz. Es un sentimiento que sólo se siente en ese minuto de ese día particular, cuando sentís que tenés todas las oportunidades del mundo y todo por delante. Como empezar de vuelta. Una hoja en blanco para ser lo que a uno le sale mejor.
Doblo la hoja y la guardo en ese lugar por donde uno busca sólo de vez en cuando. Para olvidarme de que existe, para sorprenderme. Para que en algunos días, algunos meses, pueda encontrar el papel y ver todo eso que dejé atrás. Para felicitarme por avanzar y para lagrimear un poco por esas cosas buenas que se fueron y que uno no deja de extrañar nunca, sólo que no lo piensa.
Para no olvidarme, más que nada. Porque el año se termina y empieza otro con todas las oportunidades. Porque un final viene siempre con un principio nuevo.
Terminar duele pero vale la pena, porque lo que sigue después casi siempre es mejor. Porque todo pasa, pero al final de cuentas, eso que se vuelve parte de uno. Y así, se hace eterno en nosotros.
-Porque nunca es demasiado tarde para una reflexión de fin de año-
Terminar duele pero vale la pena, porque lo que sigue después casi siempre es mejor. Porque todo pasa, pero al final de cuentas, eso que se vuelve parte de uno. Y así, se hace eterno en nosotros.
-Porque nunca es demasiado tarde para una reflexión de fin de año-
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