Y obvio que siempre volvés a aparecer. Cuando menos lo estoy esperando, volvés a aparecer en el mapa de mi vida.
Cuando por fin había tomado la decisión de ponerle un punto final a todo, te vengo a encontrar después de meses y es como empezar todo de cero. Todas esas cosas que me prometí a mi misma y que estaba intentando borrar de mis pensamientos, vuelven a la luz y es como si no valiesen absolutamente nada. Porque vos estás ahí, de repente tan cerca de vuelta que, ¿qué sentido tiene?
Y lo peor es que no pasó nada en particular, solo te vi. Nos cruzamos,nada más. Pero eso ya es un disparador para volver de vuelta al punto de inicio.
Es como si te dieses cuenta de que por fin te estoy superando, entonces tenés que cruzarte conmigo para "recuperar" ese lugar en mi corazón que en realidad siempre fue tuyo y ojalá pudieses perder.
Y más que amarte, en estos momentos te odio. Porque odio que no pueda ser capaz de hacer que me chupes un huevo y que verte a vos por la calle sea lo mismo que ver a una persona a la que en un momento conocí pero que ahora es nada. Porque eso es lo que sos, en realidad.
Te odio pero al mismo tiempo no puedo evitar quererte porque, al final de cuentas, sos el mismo.
"Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada" -Eduardo Galeano
sábado, 19 de marzo de 2016
miércoles, 16 de marzo de 2016
Quererme
Creo que uno de los peores sentimientos es el de no poder quererse a uno mismo.
Más allá de todo lo que se pueda decir sobre esto, aunque sea para mí, es mucho más complicado de lo que aparenta el quererme y aceptarme como soy.
Y encima no es siempre igual. Hay días que me quiero más, hay días que me quiero menos y hay días en los que no me quiero y punto.
Pero cuando estoy en esos días en los que me quiero menos, es como si no pudiese pensar en otra cosa. Como si mi propia piel y defectos me pesaran, como si mi cabeza fuese un disco rayado que me repite constantemente todo lo que está mal en mí o lo bueno que me falta.
Y lo peor es la impotencia. Que todos esos pensamientos me persiguen y que simplemente no puedo callarlos. O mejor, cambiarme para dejar de sentirme incómoda conmigo.
Encima, es en esos mismos días en los que pareciera que el resto del mundo también es consciente de todas esas cosas que no me gustan de mí.
Hablo por mí porque, si bien creo que es algo que nos pasa a todos, creo que no puedo estar segura de que lo sintamos igual. O capaz porque no quiero sumarle mi dramatismo a todo el mundo.
Por eso, personalmente, quiero aprender a quererme. A mí y a mis circunstancias. Sin tener que estar constantemente esperando a aquel bendito momento en el que me sienta mejor o me vea mejor. Ese bendito momento, en algún futuro indefinido, que parece que se aleja en vez de acercarse.
Porque si hay algo de lo que estoy convencida es que una de mis cualidades es la capacidad de encontrarme defectos. Entonces el "bendito momento" no llega nunca.
Más allá de todo lo que se pueda decir sobre esto, aunque sea para mí, es mucho más complicado de lo que aparenta el quererme y aceptarme como soy.
Y encima no es siempre igual. Hay días que me quiero más, hay días que me quiero menos y hay días en los que no me quiero y punto.
Pero cuando estoy en esos días en los que me quiero menos, es como si no pudiese pensar en otra cosa. Como si mi propia piel y defectos me pesaran, como si mi cabeza fuese un disco rayado que me repite constantemente todo lo que está mal en mí o lo bueno que me falta.
Y lo peor es la impotencia. Que todos esos pensamientos me persiguen y que simplemente no puedo callarlos. O mejor, cambiarme para dejar de sentirme incómoda conmigo.
Encima, es en esos mismos días en los que pareciera que el resto del mundo también es consciente de todas esas cosas que no me gustan de mí.
Hablo por mí porque, si bien creo que es algo que nos pasa a todos, creo que no puedo estar segura de que lo sintamos igual. O capaz porque no quiero sumarle mi dramatismo a todo el mundo.
Por eso, personalmente, quiero aprender a quererme. A mí y a mis circunstancias. Sin tener que estar constantemente esperando a aquel bendito momento en el que me sienta mejor o me vea mejor. Ese bendito momento, en algún futuro indefinido, que parece que se aleja en vez de acercarse.
Porque si hay algo de lo que estoy convencida es que una de mis cualidades es la capacidad de encontrarme defectos. Entonces el "bendito momento" no llega nunca.
sábado, 5 de marzo de 2016
Adiós definitivo
Acá se terminan todas las horas que te soñé, te pensé y te quise sin recibir ni la mitad de atención. Sin recibir nada a cambio.
Acá se terminan todas esas horas de bajón cada vez que necesitaba que me dieras más bola de la que me dabas.
Acá se terminan esas noches en las que salía al mismo boliche que vos esperando, en una casualidad fingida, encontrarte.
Acá se termina ese susto casi esperanzado cada vez que veía por la calle a alguien que tranquilamente podría haber sido vos.
Acá se terminan todas las ilusiones sinsentido sobre lo que podríamos haber sido.
Pero más que nada, acá te terminas vos.
Lo escribo porque creo que es la única forma de hacer que se sienta un poco más real.
Porque sé que no damos para más. Que capaz nunca estuvimos destinados a ser más de lo que fuimos. O capaz sí. Supongo que las distintas vueltas de la vida decidieron por nosotros. Y eligieron que fuese un no.
Por eso hoy, 5 de Marzo del 2016, te doy tu punto final. Porque no quiero seguir sufriendo la incertidumbre de pensar lo que podría ser o lo que podría haber sido con vos.
A partir de hoy, para mí no sos más que un nombre y una cara que pudo haber sido todo, pero que por diversas razones (más desconocidas que conocidas) nunca fue nada.
Para mí vos ya terminaste. Pero yo acabo de empezar. Con o sin vos.
Acá se terminan todas esas horas de bajón cada vez que necesitaba que me dieras más bola de la que me dabas.
Acá se terminan esas noches en las que salía al mismo boliche que vos esperando, en una casualidad fingida, encontrarte.
Acá se termina ese susto casi esperanzado cada vez que veía por la calle a alguien que tranquilamente podría haber sido vos.
Acá se terminan todas las ilusiones sinsentido sobre lo que podríamos haber sido.
Pero más que nada, acá te terminas vos.
Lo escribo porque creo que es la única forma de hacer que se sienta un poco más real.
Porque sé que no damos para más. Que capaz nunca estuvimos destinados a ser más de lo que fuimos. O capaz sí. Supongo que las distintas vueltas de la vida decidieron por nosotros. Y eligieron que fuese un no.
Por eso hoy, 5 de Marzo del 2016, te doy tu punto final. Porque no quiero seguir sufriendo la incertidumbre de pensar lo que podría ser o lo que podría haber sido con vos.
A partir de hoy, para mí no sos más que un nombre y una cara que pudo haber sido todo, pero que por diversas razones (más desconocidas que conocidas) nunca fue nada.
Para mí vos ya terminaste. Pero yo acabo de empezar. Con o sin vos.
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