martes, 6 de marzo de 2018

Instructivo para superar una separación

Primer paso: Recolectar todas las fotos a la vista (o sabidas ocultas) con la reciente ex pareja. Apilar las imágenes y deshacerse de ellas lo más rápido posible tirándolas a la basura, rompiéndolas, cortándolas o haciendo una fogata con las mismas, según el temperamento de la persona y las razones de la separación. También aplica para la eliminación de fotos digitales presentes en el rollo del celular. La desaparición de las presentes en Instagram, Facebook, Twitter o similares queda a criterio del usuario.

Segundo paso: Dejar de seguir a la persona en todas las redes sociales previamente mencionadas para evitar el conocido "stalkeo" o la aparición de imágenes o noticias perjudiciales en el inicio de la aplicación. De ser usted una persona con un bajo umbral de resistencia al alcohol, recomiendo también proceder con el bloqueo del susodicho o la susodicha de cualquier medio accesible, para evitar el envío de mensajes humillantes de los cuales, bajo ninguna duda, se arrepentirá al volver a la sobriedad.

Tercer paso: Disponer de todas las prendas y/u objetos personales de la ex pareja, chongo o fijo. Guardarlos para futura devolución, lanzarlos por la ventana o guardarlos para el asado del domingo basándose, nuevamente, en el temperamento de la persona y los términos del distanciamiento.

Cuarto paso: Buscar cualquier regalo de aniversario, cumpleaños, navidad o gesto de la otra parte de la separación y, a menos que ya se haya encariñado con el objeto, deshacerse del mismo de la forma en que considere conveniente. En el caso de objetos de un alto valor económico, recomiendo vender los mismos y disponer del dinero de la forma en la que le resulte de mayor utilidad.

Quinto (y último) paso: Llorar. Porque aunque haya derramado una que otra lágrima o torrentes en los pasos anteriores, no es hasta este momento en el que podrá llorar completamente la pérdida. No es hasta que usted se encuentra sentado/a entre restos de fotitos, chats viejos, prendas usadas y cadenitas estrelladas que cae completamente en la idea de que la separación es real, por eso recién ahí se llora la perdida y no el enojo y/o la angustia como en los pasos anteriores.
El tiempo estimado de llanto varía según la persona, el vínculo previo y las razones de la separación, pero puedo asegurar que sin importar nada de lo mencionado anteriormente (ni siquiera el tiempo, ni la cantidad de llanto) va a alterar el final del proceso en cuestión. Aquel final en el que, en algún momento en el medio de la facultad, el trabajo, un viaje en colectivo o reunión con amigas va a ver pasar a alguien con el mismo perfume, la misma remera o escuchando su canción favorita y al notarlo se va a descubrir sin ese agobiante dolor en el pecho, sin lágrimas para llorar sino simplemente con una vaga e inconsciente sensación de nostalgia. Recién en ese momento, cuando pueda pasar detalles similares por alto y seguir con su vida sin pensarlo dos veces, puede dar el proceso como concluido. Y le aseguramos que aunque ahora parezca imposible, eterno y sumamente trillado: todo pasa. La persona de la que se separa también, y prometo que lo que espera en el futuro SIEMPRE es mejor.